Ser mamá no es fácil, nada fácil. Es lindo sí, pero sencillo no es. Recuerdo mi primera noche como mamá: estaba en el hospital, con un bebé en brazos, una sonda saliendo de mi cuerpo y una aguja por la que me administraban el suero. La herida de la cesárea me dolía, pero tenía que atender a un pequeño recién nacido al que no conocía para nada. ¿Cómo saber si el llanto era de hambre, de dolor o de sueño? no me atrevía a dormirme por miedo a que mi bebé dejara de respirar…

En esa noche de insomnio me prometí muchas veces ser una buena madre, la mejor si era posible. Esa es una promesa muy fácil de romper. Nadie nace sabiendo ser mamá, pero se aprende en el camino.

Estos 7 hábitos para ser una mejor mamá están tomados del ebook Los siete hábitos de los padres brillantes.

Si eres de las que prefieren el vídeo a leer ve al final del artículo y dale play 🙂

7 hábitos para ser una mejor mamá

Hábito 1: Dar tu tiempo y no tu dinero

En esta era consumista podemos creer que darle lo mejor a nuestros hijos es darles el mejor juguete, la mejor ropa, los mejores zapatos, la mejor educación en escuelas privadas, las mejores vacaciones «all inclusive». Y para dar todo eso hay que tener dinero, para tener dinero hay que trabajar mucho… o endeudarse si no hay más remedio aunque la deuda signifique trabajar más para pagar lo que se debe.

Pero ¿de verdad nuestros hijos necesitan tantas cosas, tantos juguetes, tantas fiestas pinterest? ¿Qué va a recordar cuándo sea grande: los regalos o los relatos que le contabas cada noche?

El primer hábito es dar tiempo por encima del dinero, pero ojo: no se trata de que vivirás en la miseria sino de tomar decisiones basadas en el amor, por ejemplo si tienes que decidir entre comprar un juguete caro a meses sin intereses o pasar una tarde cocinando con tus hijos pues la segunda opción será mejor porque el juguete, por muy caro que sea nunca podrá reemplazarte.

«Educar es penetrar en el mundo del otro» y tus hijos nunca llegarán a conocerte si no les brindas tu tiempo, tu ser, tus historias.

En el libro de 7 hábitos de los padres brillantes podrás leer información acerca de la importancia de los vínculos, de la imagen que tu hijo tenga de ti.

Hábito 2: Nutrir la personalidad además de nutrir el cuerpo

Hay que alimentar el cuerpo y el alma de los hijos, ¿has notado que hoy los niños están más estresados, angustiados y enojados que antes? los índices de suicidios y trastornos alimenticios han aumentado entre niños de 9 a 14 años. Nos hemos convertido en una fábrica de personas estresadas e insatisfechas.

El sistema ejerce una gran influencia sobre nuestros hijos por eso hay que enseñarles (nutrirles el alma) a ser, a desarrollar su visión crítica, a manejar y entender sus emociones, a ser optimistas.

Hábito 3: Enseñar a pensar

Regañar a tu hijo porque cometió un error no significa que lo estés enseñando a pensar sino a obedecer. Los seres humanos tenemos una inteligencia compleja y siempre pensamos, no nos gusta solo seguir reglas, pero sí nos gusta que nos sorprendan, que nos enseñen a ver la vida de otra forma.

En el libro viene un ejemplo para enseñar a pensar: imagina que tu hijo te grita, ¿qué harías? ¿gritarle y regañarlo? eso solo lo hará enojarse más contigo, pero si te quedas callada un momento, si respiras profundo y le dices con voz calmada «no esperaba que me ofendieras de ese modo, a pesar del dolor que siento te amo y te respeto», sales de la habitación y lo dejas… pensando.

¿Te animas a cambiar comportamientos para enseñar a tus hijos a pensar?

Hábito 4: Enseñar a ganar, pero sobre todo a fracasar

A nadie le gusta fracasar y por eso muchas veces no nos arriesgamos a hacer realidad nuestros sueños: el miedo al fracaso es más fuerte que las ganas de triunfar.

El fracaso está a la orden del día y tenemos la habilidad para sobreponernos, para aprender de nuestros errores y ser perseverantes para insistir hasta lograr lo que nos proponemos.

Hay que enseñar a nuestros hijos a no tenerle miedo al fracaso, a tomarlo como una experiencia de la cual se puede aprender.

Hábito 5: Dialogar

En ocasiones las mamás no dialogamos: entramos en un monólogo y solo queremos que nuestros hijos digan «sí mamá».

Dialogar es entrar en el mundo del otro  y mostrar nuestro mundo, claro que no se trata de contarle todo a nuestros hijos, pero sí la parte que necesitan asimilar. Además hay que escucharlos, escucharlos de verdad.

Confieso que a veces me pongo en modo automático y solo digo ajá, sí, ajá… sin haber escuchado nada de lo que mis hijos dijeron. Tengo que practicar más este hábito y dialogar con mis hijos de verdad. ¡Ya tengo dos hijos casi adolescentes!

El hábito de dialogar se complementa con dar abrazos y besos 🙂 eso no falta en casa.

Hábito 6: Contar historias

A todos nos gustan las historias y aprendemos a través de ellas. Los niños adoran las historias reales y las historias inventadas, las historias largas y las historias cortas, las historias tristes y las historias alegres…

Cada vez que viajamos con mis papás, Diego, mi hijo menor, le pide a sus abuelos que le cuenten algo, algo emocionante de cuándo eran jóvenes. Sé que recordarán esos momento por siempre. Me gusta inventar historias solo para ellos, y contarles mis experiencias de la vida también.

Desarrolla el hábito de contar historias, es más fácil de lo que parece.

Hábito 7: Ten fe en tu hijo siempre

Fe es tener confianza total en tu hijo, aunque se equivoque, aunque te decepcione ten fe en tu hijo siempre. Pero esto no significa que no impondrás disciplina es necesario decir NO cuando la ocasión lo amerita y no ceder a los chantajes.

¿Qué te parecen estos 7 hábitos para ser una mejor mamá? ¿Cuáles  agregarías?

Si quieres puedes comprar el ebook 7 HÁBITOS DE LOS PADRES BRILLANTES cuesta menos de 3 dólares.