Esta leyenda de miedo para niños de primaria se llama LAS CADENAS DEL PERPETUO CASTIGO es una versión libre que toma como base el texto de Sergio Gaspar, puedes encontrar la leyenda original en el libro Leyendas de la Inquisición, de Editores Mexicanos Unidos. No sé si lo puedas encontrar en cualquier librería, yo compré mi libro en el Museo de la Tortura en México Distrito Federal.
Si te gusta ver cómo hacían sufrir a la gente te recomiendo que vayas a dicho museo, desgraciadamente la tortura es algo que todavía existe, no es un tema muy bonito, pero debemos sensibilizarnos al sufrimiento de los otros, hay que ser compasivos si pensamos en lo que sienten los demás y nos ponemos en sus zapatos entonces quizá no hagamos sufrir tanto a las personas que nos rodean. La tortura no solo es física, también se tortura psicológicamente. Pero dejémonos de tanto parloteo y pasemos a la historia.
Leyenda de miedo para niños de primaria
«Don Pablos se mudó a la casona de Azcárate aunque decían que estaba embrujada. Él no tenía miedo ni creía en habladurías de indios ignorantes. La primera noche se despertó al escuchar ruidos parecidos al arrastrar de pies. Como hombre sensato que era tomó su espada para esperar a los ladrones que se habían atrevido a entrar en su hogar. Los esperó tras la puerta de su habitación. Los pasos se acercaban… Don Pablos estaba completamente solo ante el atacante porque había corrido a todos sus criados.
Las manos de Don Pablos temblaron y la espada estuvo a punto de caerse pues notó un olor sulfuroso, era el olor del infierno…
Don Pablos tocó su escapulario y lo puso sobre su camisa para que el ser del inframundo huyera ante el objeto bendito. La puerta se abrió de golpe y don Pablos subió a su cama de un salto.
-¡Una cadena! -se dijo el hombre con la frente húmeda por el sudor del pavor- ¡quieren derribar la puerta golpeándola con una cadena! ¿qué es eso? es como el arrastrar de grilletes… un condenado se escapó de los calabozos de la Inquisición y quiere esconderse en mi casa.
Don Pablos se envalentonó y se dirigió a la puerta para enfrentarse al prófugo.
-¡Llevarás estas cadenas por tus pecados durante toda la eternidad! -le gritó una voz cavernosa desde el otro lado de la puerta.
¿Pecados? Don Pablo se consideraba un hombre recto, sin pecados, así que reclamó -¡No tengo pecados! lárgate, te equivocaste de lugar, tú quienquiera que seas.
-Por tu mala conciencia vengo ante ti. La Inquisición me colocó estos grilletes sin razón y me hizo morir con ellos atado a un muro. El Diablo me recibió entre las llamas de los condenados, pero hizo una excepción al saber que me condenaron injustamente. Tengo que colocar estos grilletes a un verdadero pecador, tú has cometido faltas graves, pero las has olvidado.
Entonces Don Pablos vio escenas de su infancia en donde cometió verdaderos crímenes contra los sirvientes y esclavos.
-No me había dado cuenta que ellos también son hijos de Dios.
-Cargarás estas cadenas eternamente…
Don Pablos gritó y trató de huir, pero nada pudo hacer ante aquel ser espectral.
Al día siguiente las autoridades recibieron informes de los vecinos de Don Pablos, habían escuchado un ruido de cadenas y gritos que helaban la sangre. En la casa solo estaba el cadáver de Don Pablos, en los pies tenía unos grilletes que estaban soldados sobre el hueso, fue imposible quitárselos y lo enterraron así…
Dicen que todavía se escuchan los ruidos de cadena y que en las noches se puede ver una figura harapienta que gime y reza mientras arrastra las pesadas cadenas»
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